Última actualización: 30/10/2006
El grupo de trabajo de Farmacovigilancia Veterinaria de la Agencia Europea para la Evaluación de Medicamentos (EMEA) ha estudiado recientemente la información disponible sobre un nuevo síndrome que sufren los gatos, bautizado como “Síndrome de cojera” (Limping Syndrome), que se manifiesta en esta especie animal tras la infección por calicivirus.
El problema también ha sido debatido por el Comité de Seguridad de Medicamentos Veterinarios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), que consideró conveniente que se elaborase una Nota informativa dirigida a los veterinarios en ejercicio clínico para advertirles de este síndrome y solicitarles su colaboración en el marco de la Farmacovigilancia Veterinaria.
La información disponible hasta el momento parece confirmar que hay una implicación de estos virus en el desarrollo de una poliartritis pasajera en gatos (con acumulación de inmunocomplejos en la membrana sinovial de las articulaciones) y, en consecuencia, la infección por calicivirus sería responsable en alguna medida en la aparición del Síndrome de cojera. Este proceso ocurriría con mayor frecuencia en gatos jóvenes, con una gravedad que variaría desde una artritis prácticamente inapreciable con una ligera cojera hasta una severa poliartritis que ocasionaría que los gatos fueran reacios a cualquier movimiento. Muchos de los gatos afectados por este síndrome se recuperan espontáneamente en pocos días sin necesidad de instaurar ningún tratamiento. Sin embargo, si los síntomas son severos, un tratamiento antiinflamatorio y la oportuna atención veterinaria sería la pauta a seguir.
El proceso ha sido diagnosticado con frecuencia en gatos que han recibido la primera dosis de vacuna frente a calicivirus (generalmente asociada herpesvirus y parvovirus). También hay casos en los que se refiere un proceso de cojeras similares al citado síndrome tras la vacunación frente a leucemia. En cualquier caso, y para avanzar en el conocimiento de la hipotética implicación de algunas vacunas en la aparición del síndrome, es preciso que los veterinarios notifiquen todas las sospechas de estos casos que puedan observar en el ejercicio de la clínica diaria.
Finalmente, recordar a los veterinarios la obligación que tienen, como el resto de profesionales sanitarios, de cooperar en el Sistema de farmacovigilancia veterinaria notificando cualquier supuesta reacción adversa a la AEMPS, para lo cual tienen a su disposición el formulario europeo de notificación y que pueden encontrarlo tanto en formato papel (Tarjeta Verde) en sus colegios provinciales, como en la página web de esta Agencia.